jueves, 17 de noviembre de 2011

BRECHA DIGITAL E INCLUSION DIGITAL


BRECHA DIGITAL E INCLUSION DIGITAL
Nos encontramos “frente a”  y  “en  medio  de”  un cambio social  lleno  de  complejidades, profundo y trascendente en sus implicaciones, cuya raíz es posible ubicar en el traslado de la centralidad económica del ámbito de la producción industrial en serie al de las telecomunicaciones  y  el  uso  intensivo  del  conocimiento  como  medio principal  para la generación  de  riqueza  y  la transformación de las materias en productos.   Este proceso se identifica porque el desarrollo tecnológico y la cualificación de los recursos humanos desplazan a los recursos naturales en su condición de insumos clave como fuente de ventaja competitiva.

Las implicaciones de estos cambios ya han empezado a ser objeto de análisis como parte de los preparativos de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información que se desarrolla en el año 2005. 
Brecha digital/divisoria digital
Afirma Castells (2001) que al igual que la electricidad, que permitió las bases del establecimiento de la sociedad industrial, Internet constituye la red que es la base tecnológica  de la forma organizativa de la era de la información.  En este nuevo contexto el proceso productivo requiere cada vez más la manipulación de  conocimientos e insumos complejos para producir bienes y servicios diferenciados, y, al mismo tiempo, la ampliación de la oferta requiere de parte de los consumidores de la  capacidad para aprovechar los nuevos productos y servicios ofertados (Lugones, 2002). Así las cosas, no es posible pensar hoy la globalización ignorando los cambios, rupturas y tensiones que las tecnologías de la información y de la comunicación y las tecnologías en general introducen en todos los ámbitos de la actividad humana.    La dimensión de esas transformaciones en la economía, la cultura y la política son evidentes pero heterogéneas entre países, regiones y pobladores.  
Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, ha afirmado que "si el mundo desea seriamente alcanzar la meta de desarrollo del Milenio de reducir a la mitad el número de personas que viven en condiciones de pobreza extrema para el año 2015, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) deben figurar en forma prominente en ese empeño. 
Todo el mundo (los gobiernos, la sociedad civil, los negocios del sector privado) tiene un interés vital en fomentar la oportunidad digital y poner las TIC al servicio del desarrollo" (Citado por Jeskanen-Sundström, 2003).
Diferencias de acceso
A partir de la consulta las respuestas coincidieron en conceder la mayor importancia, al hablar de brechas, a las diferencias de acceso a las nuevas TICs.   Especialmente el Director Ejecutivo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICIT), Álvaro Borbón (2004), reiteraba sobre “la diferencia entre los países en el acceso”, “como producto de la divergencia en los niveles de ingresos entre los países ricos y pobres y el rápido desarrollo de nuevas tecnologías que quedan fuera del alcance de los países pobres”.
Esta preocupación, que ocupa una gran parte de las discusiones sobre brechas digitales, se centra en el problema del desarrollo tecnológico, en la creación de plataformas estructurales que permitan su crecimiento y en el caso de América latina se ha vinculado con discusiones sobre la privatización de la empresa pública que ostenta el monopolio de las telecomunicaciones. 
Escalas de las brechas
Como segunda idea recurrente aparece la necesidad de establecer las escalas de las brechas como diferencias entre regiones, áreas, o países.   Para Céspedes y Monge (2004) es importante establecer con qué país se compara a otro país. Esta definición es importante porque “dependiendo de con quién uno haga la comparación, así será la definición del concepto y las implicaciones en términos de política para solucionar el problema” (Céspedes, 2004). Esta comparación está en relación directa con la existencia de diferentes capacidades económicas y niveles educativos, lo que marca la relación con la tecnología.
Brecha como carencia de capacidad
Alfaro introduce la noción de que las brechas se refieren a capacidades de aplicación y desarrollo de conocimiento, “aplicación directa, adquisición y adaptación de conocimiento”; “una brecha de desarrollo es una diferencia en las capacidades para desarrollar conocimiento, una brecha en la aplicación de conocimiento es, a su vez una diferencia en la capacidad de aplicar conocimiento y, asimismo, con la adquisición y adaptación de ese conocimiento” (Alfaro, 2004).
Esta misma perspectiva es ampliada por Carvajal (2004), quien afirma que las brechas son barreras para el acceso, apropiación y aprovechamiento de las tecnologías. Estas barreras pueden ser motivadas por poder adquisitivo insuficiente, falta de formación, e incluye elementos de carácter cultural.

Relación brechas y pobreza
Para Nogués, Borbón y Monge (2004) la brecha tecnológica y digital es la expresión de otras brechas en diversas escalas políticas y geográficas.    Esta brecha actual tendrá una incidencia, de hecho una inequidad, en los ingresos futuros, basada en los que tienen y los que  no tienen acceso a estas tecnologías.
La referencia no se hace solo en relación con los pobladores de un mismo país, sino también entre países, debido al lugar que podrán ocupar como exportadores de productos con alto o bajo valor tecnológico agregado. En términos de impacto, Nogués (2004) sostiene que las brechas digitales tienden a aumentar las desigualdades sociales y a construir sociedades más injustas.
Inclusión Digital en América Latina
            La denominada “Sociedad del Conocimiento” presenta grandes desafíos a cualquier país en la actualidad, pero en los países en desarrollo los retos son mayores ya que hay muchos obstáculos, superados por las naciones más desarrolladas (pobreza, desigualdades sociales, bajos índices de educación, pocas oportunidades de salud, trabajo y vivienda), que aún son tarea pendiente por resolver.
En América Latina la sociedad del conocimiento es apenas una quimera porque todavía no se han dado las condiciones sociales y culturales que ayuden a un cambio de paradigma en cuanto a lo que se considera desarrollo, producción de innovaciones y de conocimiento, en el sentido de inclusión social y digital de los grupos sociales más vulnerables y desfavorecidos.
Es mucho lo que se está discutiendo actualmente sobre la sociedad de la información como una sociedad del conocimiento, lo que ocurre es que el conocimiento entendido como saber ocupa cada vez más un lugar preponderante, ya que se ha vuelto imprescindible para cualquier actividad de las personas. Pero eso no significa que el conocimiento como actividad humana y social no existiera en otras épocas, sino que han ocurrido grandes cambios científicos, tecnológicos y sociales que lo ubican como eje central de las relaciones sociales del ser humano en el mundo contemporáneo.
Uno de esos cambios tiene que ver con el surgimiento de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que han puesto a disposición del individuo grandes flujos de datos e informaciones, a partir de los cuales los sujetos sociales pueden iniciar nuevas búsquedas de conocimiento, otras formas de aplicación de éstos y diversos modos de asimilación e interpretación de la información recibida.
Sin embargo, debemos dejar sentado que tanto la tecnología como los flujos de información han sido el producto del desarrollo y avance del conocimiento mismo, ya que el conocimiento “es un organizador de la información y un orientador de la tecnología, algo que le otorga sentido a ambos; por eso ante un mundo tecnificado y lleno de información, el conocimiento es lo que da carácter social a ellos” (Infante y Otros, 2007:121).
Y es que el conocimiento es un vector estratégico para generar valor agregado a la información y potenciar el aprendizaje y el ingenio humano. El conocimiento implica un proceso de producción del intelecto donde los datos son los elementos o insumos básicos en bruto, la información es la integración de los datos con un significado definido y el conocimiento, como cúspide, es la utilización de la información por parte de un sujeto para resolver problemas y tomar decisiones (Páez citado por Silvio, 1993:13).
En función de lo anterior, se puede indicar que la Sociedad del Conocimiento no se reduce a una mera “Sociedad de la Información”, donde es posible vincular las TIC entre sí para multiplicar los flujos de información, sino que hace falta especialmente vincular a las personas para que mediante su ingenio, inteligencia y creatividad, busquen nuevas formas de generar desarrollo social cualitativamente diferente (Pineda, 2004).
En la sociedad del conocimiento lo importante serían las personas y no las tecnologías, porque ellas son las únicas capacitadas para reorientar la información y convertirla en conocimiento. Por lo que debe ser una sociedad humana, éticamente sustentada en la idea de la cooperación y la solidaridad. Su norte debe ser el desarrollo del intelecto de los hombres, de su capacidad creativa e inventiva, a modo de que puedan desarrollar procesos cognitivos que le permitan contextualizar los flujos de información de acuerdo con sus circunstancias y aplicarlos en la solución de sus problemas. (Abram, 1999).
El conocimiento, según Infante y Otros (2007: 128), es una capacidad humana que le brinda al ser humano elementos para interactuar con los mundos objetivos (lo que lo rodea, con lo que es, con su cuerpo) y subjetivos (lo que piensa, siente, imagina y desea), y que le permite adquirir información, acumularla, almacenarla, estructurarla y reestructurarla, así como seleccionarla y aplicarla en lo que estime necesario. Según los autores, el término conocimiento puede tener una doble acepción: como cualidad humana (proceso) o como acumulación de los productos de esta actividad (lo que se conoce o lo conocido).
El conocimiento también es social porque se convierte en un “pegamento de la sociedad”, porque es valorado y transmitido como algo útil para todos y se hace indispensable para continuar con la vida colectiva, de modo que el conocimiento adquiere un alto valor cultural, por su papel indispensable en las interacciones sociales de las personas, por su poder como guía de la acción y el orden social ya que genera capacidad de predicción y confianza para saber cómo actuar en la vida social (Infante y Otros, 2007:131).
De manera que el conocimiento, en la actualidad, está dejando de lado su concepción exclusiva de saber científico estatuido, propio de los investigadores, para unirse a un concepto de saber contextualizado con la vida de la gente. Por lo que el conocimiento es tanto “explícito como implícito, es decir,  producto no solo de procesos de investigación científica-tecnológica sino de la experiencia acumulada y de otros procesos de producción e innovación generados por los sujetos” (Pirela, 2004:35).
Si bien es cierto que la información es un dato que incluso puede ser procesado para disfrute de otros, el conocimiento como saber y dentro de una concepción holística, remite más que a la idea de “experto” a la idea de “sabiduría”. Eso implica que se debe producir una especie de “apropiación” por parte del individuo de ese dato, que al ser aplicado, recreado, reinventado potencia el aprendizaje y da lugar a un conocimiento cercano a su vida que le sirve para saber ser, saber pensar, saber hacer y trazarse un proyecto de vida digno.(Ander-Egg, 2001: 125).
Entendiendo, pues, que el conocimiento es base fundamental para la organización de un proyecto de vida, porque otorga visión y poder para la acción social en un momento histórico y situacional, es que se hace necesario abordar el tema de “la Sociedad del Conocimiento” como un asunto estratégico para trazar alternativas frente a los cambios.
Si se considera que la Sociedad de la Información es una sociedad de los flujos de información permanente y que la sociedad de la comunicación es una sociedad de las relaciones humanas y sociales a través de las redes, la sociedad del conocimiento nos deberá conducir hacia un tipo de sociedad de “la inteligencia interconectada”, como lo indica Tapscott (1999). Y eso quiere decir, una sociedad donde el conocimiento y el saber fluyan a través de las TIC, para permitirle a los sujetos desarrollar sus cualidades de creación e innovación, pero eso solo será posible si se aprovechan las oportunidades que brinda el desarrollo tecnológico e informático en pro del bienestar social de la humanidad y si se utiliza el conocimiento generado con una conciencia crítica.
La apropiación social de las TIC y el conocimiento popular para la inclusión digital
La apropiación social de las Tecnologías de la Información y la Comunicación no es un concepto nuevo, a pesar de que en los últimos años se le asocie al concepto de inclusión digital, sobre todo a partir de las tres Cumbres de la Sociedad de la Información, celebradas en Quito (2002), en Ginebra (2003) y Túnez (2005), que comenzaron a plantear el problema de las brechas digitales y los abismos comunicacionales entre zonas del mundo (Pineda, 2005:91).
Ya para mucho antes, en la década de los ochenta, el autor norteamericano Robert White hacía referencia a este concepto de apropiación social de las TIC, en su trabajo “De las contradicciones en la comunicación democrática” (1983:66), al indicar que la apertura a una comunicación democrática en la sociedad de la información, dependería del “sentido de la información”, es decir, de su pertinencia para los grupos populares y para su proyecto de apropiación social de las nuevas tecnologías.
De modo que ese sentido de la información que White vislumbraba para aquella época como necesario en las realidades latinoamericanas, ha implicado a la larga un proceso de reinvención y reapropiación de las tecnologías y las redes digitales por parte de los individuos o comunidades para lograr una aplicación o uso social de las mismas, en términos de lo que ha venido planteado la autora mexicana Carmen Gómez Mont (2005:304), que ha supuesto una readaptación de los usos planificados por las industrias productoras de estas tecnologías, que son básicamente comerciales, por usos para la vida cotidiana y grupal de los sectores desposeídos, los cuales han revertido, mediante inventiva e imaginación, las aplicaciones previstas por el capital.
La apropiación social de las TIC no sólo es un proceso comunicacional que ha movido a las comunidades para su lograr su participación en el acceso y uso con sentido de las tecnologías y de las nuevas modalidades de comunicación e información que ellas hacen posible, sino que ha implicado la introducción de cambios progresivos en los modelos de democracia social.
Por lo anterior, si la sociedad del conocimiento quiere abrirse a la pluralidad democrática deberá ayudar a fomentar la participación y la acción de los sectores más desfavorecidos de la sociedad, porque el conocimiento o saber adecuado para la resolución de sus problemas no podrá ser aquel impuesto en recetas y fórmulas de organismos externos o de instituciones científicas alejadas de sus realidades.
Comprendiendo esa necesidad de readaptación del conocimiento, el mexicano Jorge González (2007), aporta su concepto de “conocimiento situado”, que es aquel que se corresponde o es pertinente en tiempo y espacio a la solución de un problema concreto de una comunidad determinada. Es decir, es aquel que responde a una demanda social real de la gente.
La apropiación social implica también la participación de las comunidades en la producción de contenidos y en los procesos de comunicación inclusivos, como una vía de restablecer el diálogo y la organización comunitaria y horizontal, a modo de ejercer un contrapoder ciudadano.
En ese sentido, es que adquieren importancia las redes digitales de carácter social que puedan conectar a los jóvenes, mujeres, indígenas, minorías étnicas o sectores pobres para facilitarles la producción de  contenidos y la generación de información y así revertir el paradigma de consumidores pasivos de lo que ya existe en las redes. Con la creación de los blogs y el potencial desarrollo de la Web 2.0, capaz de permitir esquemas de EMR, es bastante lo que se puede avanzar en este sentido, pero todavía falta mucho por hacer para fomentar que los ciudadanos generen contenidos.
Las desigualdades de participación en la generación de contenido son palpables incluso en los países desarrollados como España, donde solo el 1 % de los contenidos de la red son producidos en ese país y donde la industria de contenidos creció, en el 2008, en un 14 % (Pascual y Otros, 2008). En los países en desarrollo, los distancias en cuanto a producción de contenidos es más cruda ya que la generación de informaciones y contenidos es ínfima o casi nula.
Con el advenimiento de las TIC y la revolución digital que ellas promueven, se ha visto a la sociedad de la información y el conocimiento como un motor fundamental del desarrollo económico y de la organización social y colectiva, tanto en los países desarrollados como en los no desarrollados.
Sin embargo, en ambos contextos sus ciudadanos perciben el impacto del desarrollo de las tecnologías digitales de forma diferente, tal como lo muestra un estudio comparativo realizado por Elías Said (2007:188), entre espectadores de la televisión de pago en España y Venezuela. Según ese estudio, los usuarios españoles consideran, en mayor medida, que la revolución digital sirve para “aumentar la modernidad y el desarrollo de una nueva fase de progreso humano” (27 % de los encuestados), seguido de la opción “una producción tecnológica aplicada al conocimiento y la comunicación” (25%) y de la de “un acceso rápido y variado a las comunicaciones” (16,7 %). Mientras que los espectadores venezolanos consideraron como primera opción, que la revolución digital significa “una mejora en la calidad de vida” (un 78,8 % de los encuestados) y como segunda opción, indicaron “una producción tecnológica aplicada al conocimiento y la comunicación” (15,2 %). Con lo cual se hace evidente, que el desarrollo digital y su impacto en la calidad de vida de los ciudadanos se percibe diferente, de acuerdo con los contextos sociales. Aunque resulta significativo que en ambos grupos se considere que la producción de conocimiento y de comunicación debe ser una de las prioridades de la revolución tecnológica.
Por todo ello, es que la producción de conocimiento y de contenidos para las redes digitales es una de las condiciones fundamentales para la inclusión digital, pero para el logro de la participación de los sectores excluidos como emisores y productores hace falta un proceso de apropiación tecnológica, que haga posible que tecnologías que fueron pensadas, creadas y comercializadas por las grandes compañías de los países desarrollados, puedan ser utilizadas y readaptadas por la mayoría de las personas en un proceso que, a la larga, la conduzca a experimentar y crear en la producción de saberes populares, informaciones de las comunidades y conocimiento situado.
Venezuela Digital:
  • Lograr interoperabilidad entre el gobierno y los Ciudadanos.
  • Reducción brecha digital
  • Transformación del Estado Enfatizando uso y aplicación de tecnologías de información y comunicación y estándares abiertos Garantizando desarrollo equitativo Promoviendo libertad, seguridad y confianza
Marco Jurídico que soporta el uso de las TIC en Venezuela
o    Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (Artículos 108, 110, 141, 143)
o    Ley Orgánica de la Administración Pública (Artículo 148)
o    Ley Orgánica de Ciencia Tecnología e Innovación
o    Ley sobre Simplificación de Trámites Administrativos (Artículos 4, 5)
o    Ley de Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (Artículos 4, 16)
o    Ley Especial contra Delitos Informáticos (Artículo 1)
o    Decreto 825 (Artículos 1, 2, 3, 7, 11)
o    Decreto con Fuerza de Ley Orgánica de Identificación
o    Reglamento Orgánico del Ministerio de Ciencia y Tecnología (Artículo 10)
Evolución de la Industria Nacional de Tecnologías de la Información TI
o    En Estados como Mérida y Lara se han venido estableciendo parques tecnológicos, donde se están dando importantes avances en la creación de software y aplicaciones
o    El gobierno nacional está fomentando la creación de cooperativas y PYMES en el área tecnológica
o    Desde la Academia se están tomando importantes iniciativas de I+D en áreas como software libre, biotecnología, Internet II y robótica, entre otras
o    Creación de la Industria nacional de ensamblaje de computadoras
Avances en la Promoción de la Industria Nacional de TI
o    Eliminación o reducción de los aranceles de importación a productos TI, en concordancia con las políticas públicas nacionales de desarrollo interno de las tecnologías, las políticas regionales sobre promoción de la industria de la tecnología y las políticas internacionales consagradas en el marco de la Organización Mundial del Comercio
o    Modificación del Decreto 963 - Exoneración del ISLR para las empresas que introduzcan mejoras tecnológicas y de innovación, con el fin de fomentar el desarrollo de bienes y servicios de TIC nacionales
o    Creación de la Sociedad de Capital de Riesgo Venezuela - Ofrecer financiamiento a las empresas de TIC, cuya base tecnológica desarrolle aplicaciones y soluciones innovadoras de alto impacto económico y social y/o con potencial de exportación
o    Creación de la Sociedad de Garantías Reciprocas - Apoyo a los pequeños y medianos empresarios que no pueden acceder directamente a un financiamiento. Afianza, ante el sector financiero y otras empresas, el crédito oportuno y adecuado, otorgado a sus socios beneficiarios mediante modalidades asociativas
o    Creación y administración del Sistema Nacional de Calidad para el software
Avances del Gobierno Bolivariano de Venezuela en el e-Gobierno
o    Conformación del Comité Tecnológico
o    Proyecto Alcaldía Digital
o    Proyecto de plataforma tecnológica común de los organismos CADIVI, SENIAT, CONAVI, IVSS, INCE, entre otros
o    Red del Estado
o    Libro amarillo del software libre
o    Taller para la Formulación de Políticas Públicas en el Uso y Aplicación del Software Propietario en la Administración Pública (Libro azul)
o    Taller para la Elaboración de Políticas para la Adquisición y Uso del Hardware en la Administración Pública (Libro rojo)
o    Consulta en línea al SENIAT, IVSS, CADIVI, entre otros
o    Portal de Gobierno en Línea
o    Programa Infocentros, Infopuntos, Puntos de Acceso, CBIT
o    Programa de Formación de Talento en el área de las TIC:
o    Tecnologías de Negocios en la Web – IBM, CCNA - CISCO,
o    Gerencia Social del Conocimiento, Plan de Formación de Auditores y Certificación de Software – MPC, Programa de Capacitación para Emprendedores de las TIC – MPC, etc.
o    Academia de software libre
o    Industria nacional de ensamblaje de computadoras
o    Lanzamiento del satélite venezolano
o    Creación de políticas públicas para facilitar la modernización del Estado y la informatización de la sociedad
o    Para el año 1998 habían 73 nombres de dominio de páginas del gobierno, en el 2004 hay 696 nombres de dominio asignados a páginas del gobierno. Un crecimiento de casi 1000% en 5 años
o    De prácticamente ninguna información sobre trámites públicos en la Web en 1998, hoy en el 2004 se ofrece información de 453 trámites gubernamentales
o    De ningún servicio en línea en la Internet en 1998, hoy en 2004 se ofrecen en la Internet (Web) más de 8 trámites en línea de importancia: SENIAT en línea, IVSS, Proyectos MCT, Microcréditos Finanzas, Ruedas de Negocios MPC, Consulta N ó mina Profesores del Ministerio de Educación, Servicios de trámites en Alcaldías , Comunidades de participación, entre otros.
                                                                                           INTEGRANTES:
                                                                                              RAMOS R. MAILIN
                                                                                           RIVERO B. EDITH
                                                                                              RIVERO H. MARIA 
                                                                                               RODRIGUEZ DIEGO

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